31 jul 2010

Nouvelle Vague


Si piensas seriamente en los dientes grandes de Jean Seberg, Anna Karina pasa inmediatamente a parecerte una mierda. O será que el blanco y negro es mucho más estilizador que las fotos ensepiecidas de los 70.


PD. Adjunto otra prueba (más bien 4x1) en favor de la gloria eterna de Jean:

29 jul 2010

Un león históricamente esquivo


Álex de la Iglesia, visiblemente complacido por la inclusión de 'Balada triste de trompeta' en la Sección Oficial a concurso de la próxima Mostra de Venecia, se ha felicitado especialmente por contender en un Festival en el que cuesta encontrar participación española. Tiene razón el presidente de la Academia, y es que, pese a que él es el decimoquinto paisano que lucha por traer a casa el León de Oro, la cifra de participación patria es muy pequeña si la comparamos con nacionalidades como la italiana, la norteamericana o la francesa.

De hecho, hay que echar la vista atrás tres años para comprobar que nuestro último representante en sección Oficial fue José Luis Guerín con 'En la ciudad de Sylvia' que, sin embargo, no consiguió llevarse el gato al agua.

Especialmente esquivo es el León de Oro veneciano, pues, pese a que nuestra cinematografía sí consiguió hacerse con la Palma de Oro de Cannes en 1961 ('Viridiana' de Luis Buñuel, coproducida con México, eso sí) y en hasta siete ocasiones con el Oso de Oro berlinés (la última vez, el año pasado con la cinta hispano peruana 'La teta asustada'), lo más cerca que hemos estado del primer premio en el Lido veneciano fue cuando también Buñuel se hizo con el máximo galardón en el 67 gracias a 'Belle de Jour', que lamentablemente era francesa al 100%.

Fuera de ello, y a la espera de que la película de De la Iglesia pueda correr mejor suerte -pese a los apretados márgenes de posproducción y montaje con los que ha tenido que lidiar para llegar a tiempo (según escribió en el blog del rodaje, para él, el festival óptimo en el que competir con esta cinta habría sido en Cannes 2011)-, sí que hay algunas cotas alcanzadas en el festival italiano de las que nos podemos enorgullecer.

Bardem, Amenábar y Bigas Luna, nuestros estiletes

Si alguien tiene tomada la medida a la Mostra, ése es Bardem. Quién sabe si será por su glamourosa aura de estrella internacional, pero lo cierto es que pocos actores pueden presumir de dos Copas Volpi a la mejor interpretación masculina (2004 por 'Mar adentro' y 2000 por 'Antes que anochezca'). En el apartado actoral hemos tenido otros ilustres condecorados, como Sergi López, quien en 1999 se hizo con el premio Pasinetti por 'Una relación privada' o Fernando Fernán Gómez, que hizo lo propio en el 84 participando en 'Los zancos', de Saura.

Otro del que podemos estar orgullosos es Alejandro Amenábar, que no sólo compitió en 2001 con 'Los otros', sino que, al margen del citado de Bardem, se hizo con el Premio Especial del Jurado y con una mención al Mejor Film Internacional con el biopic de Ramón Sampedro.

Bigas Luna, con 'Didi Hollywood' pendiente de estreno, fue muy valorado en los 90 gracias al guión de 'La teta y la luna' (1994) y la dirección de 'Jamón, jamón' (1992). Dos premios guarda en sus vitrinas.

Gran hito fue también el de Almodóvar, quien en 1988 obtuvo la distinción al mejor Guión de la Mostra gracias al libreto de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', acabando así con casi 30 años de sequía española si obviamos la mejor 'opera prima' concedida a Fernando Trueba por 'Ópera prima' (se aceptan chistes) en el 80.

No podemos olvidar a los Berlanga o Juan Antonio Bardem, que concurrieron a lo largo de los 50 y 60. El primero de ellos obtuvo un merecido Fipresci en el año 63 por 'El verdugo' y Bardem hizo lo propio en el 56 firmando 'Calle Mayor', logros todos ellos dignos de aplauso y referentes soñados de De la Iglesia. Aunque ya se sabe que en esto de los festivales el premio es participar.

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Lee aquí el articulo original en El Mundo.

Como Sasha por su casha

'Malice in Lalaland', un clásico inmediato.

Se acerca el estreno de la muy fucking awesome 'The girlfriend experience' (6 de agosto tras tres retrasos), y es por ello que, alentado por un tráiler que me he encontrado navegando por la red de redes, me permito recomendar a la talentosa Sasha Grey, la única tía en el mundo con los pezones tan de pitorro como Tom Cruise.


Vía: Youtube.

Adefesios de la alfombra roja


Hay dos difíciles de pillar: uno por no famoso y otro por demasiado tuneado. El que no ha necesitado casi chapa y pintura para parecer un muerto viviente es Pattinson.

Vía: Worth1000.com.

Ronda de breves (tweets de un miércoles noche)

 El muy grimoso Cillian Murphy.

1. Los hermanos Dardenne no son más que humo y llevan engañando a los tontolabas de Cannes puta década y media. hace cerca de 1 hora via web

2. Acabo de enchufarme una peli de Ellen Page y y a me estoy arrepintiendo porque en la primera escena sale Cillian Murphy. hace cerca de 1 hora via web

3. Christopher Nolan puede tener a CUALQUIER ACTOR que le dé la gana SIEMPRE y sin embargo se empeña en trabajar con Cillian Murphy. hace cerca de 1 hora via web

4. Cillian Murphy es el actor más perezas de la galaxia. Su rostro inquietante se debe a que no tiene rasgos. hace cerca de 1 hora via web

5. Cillian Murphy es el equivalente ¿masculino? de Sara Carbonero. En el 50% de las pelis en que le veo hace de travelo. hace cerca de 1 hora via web

6. Cualquier reparto en que aparezca Cillian Murphy será, por ende, un poquito extraño. hace cerca de 1 hora via web

7. Pasa con él lo mismo que con Daniel Craig. Mezclan mal con casi todo. hace cerca de 1 hora via web

8. Los amigos Twitter/Facebook que padecen a narradores de breves tienen su muro intoxicado de tanto en tanto con spam encubierto. hace cerca de 1 hora via web

9. 'Inception' es una película de PUTA MADRE, pero a mí me deja frío. hace cerca de 1 hora via web

10. 'Noche y día' es infecciosamente mala. Ni siquiera si la tomas a coña tiene redención posible. hace cerca de 1 hora via web

11. Llevo 17 minutos y aún no ha salido Ellen Dios Page. Que me devuelvan mi dinero. hace cerca de 1 hora via web

@Mr_AP ¿No te pasa a veces que odias películas buenas y adoras algunas que sabes positivamente que son basura, como todas las de Jason Statham? hace 31 minutos via web en respuesta a Mr_AP

'Inception 4 Kidz.' http://nym.ag/bPQgv8 hace 35 minutos via web Retwitteado por ti y 2 más

Curiosa la polisemia de Peacock, Nebraska. Si lo traduces en conjunto significa pavo real. Si separas los lexemas, polla de guisante. hace 26 minutos via web

@Mr_AP 'Iron Man 2' es EL BIEN. hace 25 minutos via web en respuesta a Mr_AP

Si twitteas lo suficiente durante una noche, la probabilidad de quedarte sin un solo follower en 24 horas tiende a 1. hace 24 minutos via web

@Mr_AP @ileqae Con Scarlett, y en tu caso con Gwyneth. Uno no puede pedir más. hace 24 minutos via web

@Mr_AP Puede pedir que clonen a Gwyneth. ¿Para que diantres vale la ciencia ficción si no? hace 23 minutos via web en respuesta a Mr_AP

28 jul 2010

Dos hombres y un destino


'Tierra de lobos', la serie que Telecinco quiere ofrecer como apuesta estrella para este otoño, pretende seguir la estela de recientes éxitos de la parrilla apuntándose al género de época. Esta vez la máquina del tiempo se para en 1875, fecha en la que España era un territorio sin ley. En tal escenario, los hermanos César y Román Bravo (Álex García y Junio Valverde) son dos ladrones pertenecientes a una banda que tienen que poner pies en polvorosa al frustrase su último golpe. Escarmentados, deciden cambiar de aires y buscar acomodo en la tierra que les vio nacer, ahora regentada por una especie de caudillo local, el siniestro Lobo del título (Juan Fernández). El duelo de poderes está servido, más si tenemos en cuenta que el villano tiene cuatro hijas en edad de merecer y que los Bravo son unos galanes de cuidado.

Dos maneras de amar

Como los Dos hombres y un destino que interpretaron Newman y Redford en el clásico de George Roy Hill, “los Bravo están también locos, pero uno más que otro”, nos explica entre risas Álex García en un descanso del rodaje. Mientras Román (Valverde), es todo pundonor e impulsividad en la acción y en el amor, Diego se encargará de hacer valer su madurez para que el primero “no se meta en demasiados líos”. 

Según el director de contenidos de la cadena, Manuel Villanueva, “'Tierra de lobos' no es un western pero tiene elementos de western, tampoco es un drama rural, pero tiene elementos de drama rural, y no es una serie de misterio pero tiene intriga”. Esta última vendrá dada por las raíces desconocidas de los protagonistas y por saber cómo se desarrollarán las tramas amorosas de la serie (nos prometen que habrá muchas), con especial atención a la que involucrará a Álex con la debutante Silvia Alonso, hija de Lobo, un amor por el que el actor canario (que en esta ocasión ha tenido que tirar de acento leonés) luchará “para que sea eterno”.

Álex, de enhorabuena por los éxitos consecutivos de 'Sin tetas no hay paraíso' y 'Amar en tiempos revueltos,' rodajes que simultaneó “todavía sin saber cómo”, es el principal atractivo de una serie en la que también participan Antonio Velázquez, María Castro (“que nos trae rosquillas al rodaje”, confiesa entre agradecido y asombrado) o Dafne Fernández como vecinos del pueblo que les acoge, pero sin demasiados nombres conocidos. “Yo lo prefiero así, porque eso hace que la atención del espectador quede fijada en la historia, que es donde debe estar”.

Quien promete convertirse en la revelación para el público es Junio, actor de tan solo 20 años pero con enorme bagaje cinematográfico y publicitario a sus espaldas. “Con referencias como Marlon Brando o James Dean a la hora de preparar el personaje”, el menor de los Bravo asegura estar “disfrutando muchísimo del rodaje, sobre todo en las escenas en las que toca filmar con caballos”, su nueva gran afición. Según reconoce, “ni Álex ni yo dejamosmucho trabajo a los especialistas y nos picamos a ver quién es más arriesgado de los dos”.

La serie, que actualmente se está rodando entre la sierra madrileña y los estudios Picasso, tiene firmados 13 capítulos de unos 70 minutos, aunque, según Telecinco, “se espera que tenga muy largo recorrido”.

Bailando con lobos

Alex García, Un Romeo en 'Tierra de Lobos'


Alex García está asombrosamente moreno, viste chupa de cuero y calza botas de montar. La barba poblada y el pelo alborotado también son parte de su caracterización como César Bravo, el ladrón de buen corazón que, junto a Junio Valverde (su hermano Román en la ficción), intentará romper audiencias a partir de otoño en Telecinco con la serie 'Tierra de Lobos'.

‘Lobo’ precisamente es el apellido del rival de ambos (Juan Fernández) en su vuelta a la tierra natal. En la España de finales del s.XIX se establece un duelo entre las dos familias después de que los hermanos Bravo participen en un atraco a un banco que sale manga por hombro. Pero no todo son inconvenientes, pues como comité de bienvenida esperan las cuatro hijas de Lobo, una continua e irresistible tentación. ¿Se acuerdan de Montescos y Capuletos? Nos esperan romances imposibles.

“Yo tengo poco de lobo”, reconoce Álex García. “Si tuviera que elegir un animal, más bien sería un presa canario, que son fuertes, fieles… ¡y canarios!”, ríe el actor mientras confiesa lo que le costó quitarse el acento de su tierra cuando llegó a la capital hace casi diez años. “Cuando decidí tomarme esto en serio, me di cuenta de que me iba o me quedaba… con las reglas de aquí”. A tenor de sus últimos trabajos, entre los que cuenta importantes participaciones en ‘Sin tetas no hay paraíso’ y ‘Amar en tiempos revueltos’, ya no hay marcha atrás, y más si su forajido de leyenda confirma las expectativas.

El tono de ‘Tierra de Lobos’, que “no pretende ser un western, ni un drama romántico, ni una serie de misterio, sino una mezcla de todo ello”, desvela el director general de contenidos de Telecinco Manuel Villanueva, sitúa a Álex en la rampa de lanzamiento a la hora de convertirse en el Brad Pitt español por las similitudes existentes entre su papel y el del americano en Leyendas de pasión: “Es verdad que los de vestuario se han debido de inspirar en él, pero yo no tengo mucho que ver con Pitt, que es uno de los mejores actores que ha tenido este planeta. A la hora de preparar a César vi muchas pelis, pero me di cuenta de que una parte de mí en el personaje, y ésa es la que he trabajado”, asegura.


Junio Valverde: "Soy un ligón de vieja escuela"


Como compañero de correrías de Álex García tenemos a Junio Valverde, con N, como el mes, por ser la fecha en la que fue concebido. Suyo es el papel de Román Bravo, el más alocado y mujeriego de los dos hermanos. A sus 20 años, Junio ya cuenta con un extensísimo currículum que incluye mucho cine y publicidad. Sin ir más lejos, fue quien prestó su rostro al famoso anuncio del euro. Planteado su personaje como “una estrella de rock trasladada a 1875”, él se ve más como un James Dean “por la rebeldía que desprendía”.

Fan absoluto de los caballos desde que el rodaje le ha obligado a subirse a sus lomos en muchas de las escenas, espera que las cosas no cambien demasiado cuando su rostro se haga archiconocido. “No me gustaría que las chicas se empezaran a acercar a mí cuando eso pase. Yo soy de la vieja escuela y prefiero entrarles yo”, confiesa el ligón de los Bravo.

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Lee el artículo definitivo publicado en Supertele.

27 jul 2010

A qué suena Manuela cuando canta


El otro día, con motivo del rodaje de 'Hispania,' entrevisté a Manuela Vellés ('Caótica Ana'), joven rubia de dientes grandes (es la única gente de la que te puedes fiar a la larga) y gran sonrisa también.

A su debido tiempo podréis leer el reporte, si es que os interesa. Si no, podéis pasar de post o incluso cambiaros a una página de la competencia. Yo no tomaré represalias porque tengo entendido que se puede llevar la contabilidad de las visitas, pero a mí me da igual y no pienso empollarme los registros. 


A lo que iba, que me despistáis, lo que quiero ahora es dejaros con un par de cortos en los que tuve la ocasión de estudiarla para documentar las preguntas. En el titulado 'Lo siento, te quiero' (sobre estas líneas) es dulce como Amelie, pese a que ella no le guste la etiqueta.

El segundo, 'El orden de las cosas', trata la violencia de género y es largo, duro y desagradable (por su temática). El mérito de la actriz es que, aún con 20 minutos de duración, ella permanece muda en todo momento. No hay vídeo embebible de la pieza con lo que os dejo el link y, a continuación, el tráiler.

El club de los payasos tristes


Ben Stiller desembarcó canoso, bigotudo y maduro en la pasada Berlinale con la idea de despojarse del sambenito de payaso oficial de Hollywood. Su pretendido vehículo de lucimiento dramático, de nombre 'Greenberg', no enfadó a la crítica, pero desconcertó a casi todos y desprendió un marcado aroma de incomprensión. Cinco meses después, se ha sabido que la cinta de Universal, cuyo estreno estaba previsto para el pasado 16 de julio y más tarde para el 24 de septiembre, no se exhibirá en salas en nuestro país, según un comunicado de la distribuidora.

Su extrema acidez hizo que parte del público huyera despavorida de los pases oficiales a mitad de la proyección. ¿El motivo? El enervante papel de Stiller. Para que se hagan una idea de la criatura, el papel que para él escribió el mordaz Noah Baumbach (habitual coguionista de Wes Anderson y director de 'Margot y la boda') supone una mezcla entre el judaísmo tópico de Woody Allen, la incompetencia social de Larry David y la veleidad conductual de un ciclotímico caprichoso al modo de Ricky Gervais.

A pesar de algunas aisladas lanzas a favor que del trabajo de contención de Stiller ('Rolling Stone' catalogó su papel como "excepcional"), su candidatura no sonó ni siquiera bajito en las quinielas de Mejor Actor del festival. Stiller, cuyo nombre es sinónimo de taquillazo en EEUU (su promedio: 73 millones de dólares recaudados por estreno), se enfrenta con éste a su tercer topetazo serio como cabeza de cartel tras las también híbridas 'Envidia' (Barry Levinson, 2003; 21.000 espectadores en España) y 'Duplex' (Danny De Vito, 2004).

Y lo que es peor: la carrera del neoyorquino sigue manteniendo la asignatura pendiente de una transición solvente al drama que sí consiguieron, aunque fuera de manera puntual, algunos de sus compañeros de monerías.

Partiendo del Chaplin, que en 'El gran dictador' se ponía grave a la hora de pedir amor a las huestes nazis, encontramos multitud de ejemplos de cómicos físicos reputados que se han movido con soltura en el terreno de la lágrima. Hasta entre los coetáneos de Stiller podemos vertebrar una filmografía temática a modo de resumen de lo más interesante.

Payasos que dejaron de serlo

Tomemos 1992 como punto de partida, año en el que Steve Martin demostró que estándose quieto un momento y dejándose crecer la barba (blanca, por supuesto), la mitad del trabajo estaba hecho. 'Grand Canyon', cinta coral de Lawrence Kasdan centrada en las preocupaciones existenciales burguesas angelinas fue su graduación como artista todoterreno. 'Crash' (Oscar a la mejor película de 2004), en la que participó todo circunspecto Brendan 'George de la jungla' Fraser, no existiría sin ella.

Más tarde, en 1998, sirvió para que Mike Myers, deseoso de desencasillarse de aquella caricatura de James Bond que fue 'Austin Powers', inundara sus fosas nasales con agria cocaína en 'Studio 54'. El mismo año, Jim Carrey se convirtió en víctima del gran hermano Ed Harris en el 'Show de Truman', registro que una temporada después repetiría con 'Man on the moon', con la que quedó a las puertas de la nominación al Oscar por segunda vez

Ya en el siglo XXI, Adam Sandler, más reconocido en EEUU que aquí, vio cómo las tornas giraban cuando el Festival de Gijón premió toda la amargura autista de su protagonista en 'Punch-drunk love' (2002) con el premio al mejor actor de ese año. Reconocido por la crítica también fue Bill Murray en 2003, candidato al Oscar gracias a 'Lost in translation', que confirmó que las loas que en su día mereció por 'Atrapado en el tiempo' no eran flor de un día.

2004 fue testigo de cómo el alto, robusto y casi siempre excesivo Will Ferrell conseguía contenerse a manos de Woody Allen en 'Melinda & Melinda', semejante, aunque más exitoso, intento de redención que el que ya procurara el director un año antes para Jason Biggs en 'Todo lo demás'.

Otro 'Saturday night liver' metamorfoseado en 2006 fue Eddie Murphy con el musical 'Dreamgirls', a mayor gloria de Beyoncé. Todos le daban como seguro ganador del Oscar al mejor actor secundario. Pero Alan Arkin le robó el eunuco.

Un par de años después, el ya citado Adam Sandler volvió a demostrar con 'Hazme reír' que hasta los 'stand up comedians' más tronchantes tienen en ocasiones un corazón oscuro (ying y yang) en una de las más lúcidas reflexiones sobre la profesión jamás filmadas con permiso de 'Lenny' (Bob Fosse, 1974).

De modo que ejemplos de comediantes con vena de drama en la línea del Stiller de la malograda 'Greenberg' los hay a montones. Lástima que haya quien los siga considerando intrusos o, en ocasiones como la que nos ocupa, incomprendidos.

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Lee el artículo original en El Mundo.

26 jul 2010

Coda a Kate


Kate Beckinsale es al cine lo que Guti al fútbol. Es guapa y tiene buena técnica pero casi siempre resulta irrelevante.

Apología de los pitis (Actualización del post del 06-04-2010)

 Peggy se deja llevar.

BAR. INTERIOR, NOCHE

Chaval que le tira la piedra a Peggy Olson: ¿Ah, pero fumas?
Peggy Olson (rellenita secretaria de Don Drapper): Todo el tiempo. Es prácticamente obligatorio en nuestra oficina.
'Mad Men' (1x11, min. 29)

El humo de 'Buenas noches y buena suerte' (George Clooney, 2005) es más bonito, más estético y más denso (claro que es en B/N, así cualquiera), pero el de 'Mad Men' es, quizá, más ubicuo, al menos todo lo más ubicuo que se puede ser cuando extrapolas una obra maestra del tito George a tres temporadazas (por el momento) que no quiero que acaben nunca.

No sé si se han dado cuenta, pero aún no ha habido una sola vez dentro de esta serie machista y machota en la que el tipo que se enciende su pito no sea enfocado en primer plano. Y, teniendo en cuenta que el 60% de las escenas suelen ser reuniones creativas (los protas son publicistas) corales en las que no se para de fumar, podemos asentar que es una serie que versa sobre lo bello que es fumar cuando llevas el traje adecuado.


Vídeo vía: Vulture.

Varios útiles consejos para aspirantes a sirenas de cine


Es tan tonta que parece lista.

Vía: El Tumblr de John Tones.

Salvado por Freddy


'Pesadilla en Elm Street' se ha reinventado. Cabe la duda si llamarlo 'remake' (volver a rodar) o 'reboot' (reiniciar una saga con aire nuevo, en este caso eliminar el tono humorístico que siempre caracterizó a Wes Craven, su autor original). Lo cierto es que tiene pinta de las dos cosas, pero, a la espera de acuñar un término híbrido adecuado, fijémonos en lo único importante: Freddy Krueger, el tipo de mal cutis y manos de tijeras que viene a molestarnos (e incluso a matarnos si nos descuidamos) mientras dormimos. Un maleducado de cuidado.

Es graciosa la historia, porque, si de tijeras en las manos se trata, nos viene a la cabeza el Eduardo de Tim Burton, inmortal Johnny Depp, protagonista a su vez de la pesadilla original. El círculo se cierra cuando constatamos que Jackie Earle Haley se presentó en 1983 a la audición para el papel que finalmente recayera en el prospectivo Jack Sparrow. A raíz de aquello, y de su inclusión en la serie 'Nuevos Policías', Depp comenzó a pavimentar una carrera que le ha llevado a convertirse en una de las estrellas más brillantes de Hollywood. Por su parte, el entonces humillado Haley, redimido por el karma, vuelve hoy a los orígenes como sucesor de Robert Englund en la piel (escaldada) del tenebroso Freddy.

Son cuatro las escenas en las que vemos el rostro verdadero del menudo actor en el estreno de esta semana, cuatro flashbacks en los que juega con los niños de la escuela cuyo jardín arregla, admira el dibujo de una de ellas, huye delante de los encolerizados padres y finalmente es quemado vivo. Cuatro recuerdos que no suman ni cuatro minutos. El resto del tiempo se muestra como un remedo de Leatherface, fan de todo lo afilado y adicto a la hemoglobina. "El objetivo del director Sam Bayer era regresar a los orígenes. El primer filme era exagerado y destacaba por su humor sarcástico. Nosotros apostamos por ofrecer un producto aún más terrorífico, que diera más miedo y provocara más sustos", dijo a su paso por Madrid hace un par de semanas.

Refiriéndose a su predecesor, el californiano muestra reverencia: "Sentí toneladas de presión y de entusiasmo a la vez. El trabajo de Robert fue de enormes proporciones y es algo que asusta. Pero también encontré fascinante que me dieran la oportunidad de reinventar el personaje. Traté de hacer mi trabajo lo mejor posible para introducir esta historia a las nuevas generaciones".

La marca de la casa de Haley, y principal diferencia con el monstruo de la saga original, son sus hiperbólicamente erosionados rasgos. Guardando más similitudes con el Lord Voldemort de Harry Potter que con las facciones prestadas por Englund, su cometido de repulsión adquiere pleno significado. Lo cierto es que ni de paisano ni después de la chapa y pintura podemos decir que sea un tipo guapo; no, señor. Pero eso no quita para que quien fuera considerado como uno de los niños más prometedores del cine (fue número 87 en la lista propuesta por el documental de 2005 ‘100 estrellas infantiles’ después de participar en la trilogía deportiva 'The Bad News Bears') haya encontrado por fin la senda.

Tras 13 años alejado de la interpretación, entre 1993 y 2006 (periodo en el que se ganó la vida conduciendo limusinas, reparando muebles, haciendo de guardia de seguridad o repartiendo pizzas), un golpe del destino le proporcionó el lucido papel de pedófilo (el sambenito ya no hay quien se lo quite) en la muy turbadora 'Juegos de niños', nominación al Oscar incluida. Su renacimiento (a Hollywood le encantan los renacimientos) le valió el estreno de 'Todos los hombres del presidente' ese mismo año, otra vez junto a Kate Winslet, y a encarnar al icónico (y también enmascarado) Rorschach de los 'Watchmen' de Snyder la pasada temporada. Ya estaba en la agenda de la industria, pero no como protagonista. Hasta ahora.

Tan feo como la ocasión lo requiera y sin complejos a la hora de taparse la cabeza con un saco, Haley vive de unas cuerdas vocales cazalleras y espeluznantes ("La voz de Freddy es todo cosa mía, aunque con un poco de ayuda del ordenador", confesó), suficiente currículum para involucrarse en una de las franquicias de terror más prolíficas de la historia, aunque sea en segunda instancia.

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25 jul 2010

Cosby no sale

 
El remedo no es lo que quería pero también es bastante freaking awesome. 

Por más que me he quedado ciego, sordo y tonto buscando en google y en youtube una foto de Bill Cosby en la que apareciera tocando con los dedos delante de la boca y ojos de enfermo mental una trompeta imaginaria (y con cara de estar diciendo 'yabidubi'), no he encontrado tal cosa. 

Es la primera vez que me falla la intuición a la hora de dar con algo en la red de redes, la primera vez que creo que le he ganado al sistema. Cosby como detonante de mi la epifanía. He trascendido Matrix.

PD. Añadiría el tag de Visto en la red, pero estaría mintiendo como un bellaco.

24 jul 2010

For your consideration


Solicito formalmente a la Academia de Cine Norteamericano que tenga en cuenta al sujeto de la foto como mejor actor de 2010.

23 jul 2010

Las lentejas de James Brown


¿No os recuerda un poco a Bill Murray en 'Lost in translation'?


O a este 'Retrato de un periodista adolescente en Japón con Tommy Lee Jones de fondo'

Tokio, 23-10-2008.

Algunos prometen que el de Brown es el mejor anuncio de la historia. Jorge Dioni se queda con éste:


Los nerds futboleros con resaca postmundialista con éste de Iñárritu para Nike:


Y yo, sin dudarlo, con el de Old Spice. Menudo negro más partepanas.


Vía: Youtube.

22 jul 2010

O de Chaplin o de Keaton


La primera línea de los títulos de crédito de 'Candilejas' (1952) desvelaba que el violinista interpretado por Charles Chaplin llevaba por nombre Calvero. Cuatro líneas más allá, como comparsa (literalmente "Compañero de Calvero") aparecía Buster Keaton, el otro mito del cine mudo al que el maestro inglés quiso redimir (en la que sería su última película americana) con un papel de pianista despistado.

En la famosa escena del concierto, Chaplin y Keaton compartieron ocho otoñales e históricos minutos en los que acompasaron con precisión sus dos estilos interpretativos. Si Chaplin era Londres, Keaton podría haber sido Tokio. La mueca contra el hieratismo; el optimismo posibilista frente al estoicismo más desesperante; un violín desafinado que se bate en duelo (y acaba mimetizándose) con un piano disléxico. Dicen las malas lenguas que Chaplin editó de más a su 'rival', y sin embargo amigo, para que no le robara la gloria. Qué más da.

Ahora, 36 años después de su muerte, Chaplin sigue dando titulares. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana volvió a las portadas cuando se supo de un trabajo suyo inédito y no recogido en la filmografía oficial. Keaton, reivindicado por Wilder en 'El crepúsculo de los dioses' (1950) dos décadas después de su desaparición comercial, ostenta un legado que no ha dejado de crecer exponencialmente. Y juntos inspiraron la penúltima colección de John Galliano para Christian Dior.
 
Y sí: está feo elegir entre papá y mamá, pero cada aficionado tiene un lugar especial en el corazón para Buster o para Charles. Hemos propuesto que se mojen a la gente del cine y del periodismo especializado para ver con ojos de hoy la herencia de los dos más grandes iconos del primer cuarto del siglo XX.

La primera piedra la pone Toni Ulled Nadal, director de 'Fotogramas' y fan radical de Keaton: "Fue genial porque supo extraer poesía de la risa. Además, su seria expresión y sus ojos saltones eran su rostro real. Él llevaba la cara lavada mientras que Chaplin se tenía que poner un bigotito". Con todo y eso, Nadal tiene piedad por el inglés y cita al crítico Jordi Costa: "En cierto sentido, Keaton fue a Chaplin lo que los Rolling Stones serían a los Beatles". Y los Beatles fueron buenos, eso no se discute.

Nacho G. Velilla (guionista, entre otras, de 'Aída' y director de la reciente 'Que se mueran los feos') usa la misma metáfoea: "Prefiero a Keaton por su forma de actuar y, sobre todo de montar, que eran siempre sorprendentes; pero Chaplin, como los Beatles, nunca defrauda, también es muy bueno", admite. "Quizá la razón por la que Keaton sea algo más valorado en la actualidad es porque era una bestia, un animal salvaje que tocaba los extremos y, aún así, siempre recurría a la ternura como fondo con una pequeña historia de amor".

En lo que les hermana Velilla es en su capacidad insuperada para el gag visual. "Se ha hecho muy poca cosa nueva al respecto desde los tiempos del mudo. El gag visual no es nada sencillo de hacer. En España, aparte de Paco León, hay muy poca gente a la que cómodamente puedas escribirle gags visuales y que te los saque bien. Y eso es porque Paco, como Keaton y Chaplin, tiene alma de clown. En Estados Unidos Adam Sandler es de los pocos que intentan seguir en cierto modo esa tradición, pero no les llega ni a la suela de los zapatos", apostilla.

Quien sí maneja gags verbales y visuales a la perfección, casi siempre en las tablas, es el cómico madrileño Javier Cansado, la media naranja creativa de Carlos Faemino. Su tesis: Keaton ha envejecido mejor: "Los valores cinematográficos de Chaplin son innegables. 'Luces de la ciudad' es una película maravillosa. Pero, siempre hay un pero, los gags de sus películas han quedado obsoletos. Es difícil reír con Chaplin. Keaton, como se nutre del humor absurdo, mantiene todavía, con mayor o menor acierto, vigencia. Es fácil reír con Keaton. Y si tengo que elegir entre ambos me quedo... con Chico Marx".

Otro keatoniano: el director de 'Pagafantas', Borja Cobeaga, contesta entre toma y toma del rodaje de 'No controles': "Me gusta porque se tomaba lo que hacía muy en serio". Fan declarado de su 'cara de piedra' como "marca de la casa", Cobeaga elogia de Keaton por ser "el primero que entendió que para hacer comedia no había que hacerse el gracioso, sino serlo".

El testigo lo toma el director de la amarga comedia 'Casual day' (y con la reválida 'Cinco metros cuadrados' en gestación), Max Lemcke, que, si bien reivindica la cualidad de Keaton como "héroe contemporáneo frente al sinsentido del capitalismo, y que, reaccionando como el hombre de la calle, casi siempre pierde", alaba "la magia de Chaplin y su universalidad a la hora de hacer desternillar al público por ser más popular en temas y resoluciones".

Más escorada a la orilla del autor de (y casi sola ante el peligro) se destapa Andrea Gutiérrez, redactora de la revista 'Cinemanía', aún conmovida por "un positivismo exagerado hasta las máximas consecuencias. Desde el primero hasta el último, todos sus personajes desprenden unas ganas de vivir que animan salir a la calle y ponerte a bailar, lo que no está de más hoy en día", propone. "Además, no podemos olvidar el hecho de que Chaplin vino de la nada y puso sobre el tapete los valores del sueño americano, demostrando con su éxito que eran absolutamente tangibles".

Cierra la muestra Esteve Riambau, director de la Filmoteca de Cataluña y autor del libro 'Charles Chaplin' (Cátedra, 2000). Taxativo y firme, antepone al británico "como cineasta, persona y personaje". Y de Buster Keaton, ¿qué? "Mi elección es firme, sobre quien escribí el libro fue sobre Chaplin". Más claro, agua.

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Lee el artículo original en El Mundo.

21 jul 2010

¡Esto es Danubiwood!


Si hay una ciudad camaleónica en el viejo continente, ésa es Budapest. Un turista americano despistado, con muchas horas de jet lag y arrojado a sus calles sin mapa de ningún tipo, podría dudar de si se encuentra en cualquier otra ciudad europea. Pongamos que hablo de París. O de Roma. O de Londres… Tal fue el precepto que tuvo en cuenta Steven Spielberg a la hora de utilizar la capital de Hungría como trasunto de las tres plazas citadas en la muy política ‘Múnich’ (2005).

Aquello fue la hipérbole de la versatilidad, pero desde luego no el primer intento. Hay que echar la vista atrás casi 30 años para constatar que el desaparecido John Huston también apreció rasgos de París y así lo filmó en ‘Evasión o victoria’ (1981). Repitió engaño Gerard Depardieu como heredero de Miguel Ferrer en ‘Cyrano de Bergerac’ (1990) con nariz falsa y localizaciones también fingidas, oh, la la. Budapest, la ciudad del amor… de pega.

Seguimos reportando, pues la ciudad del Danubio tiene a su vez cosas de Moscú (‘Danko: Calor rojo’, 1989), de Buenos Aires (Evita, 1996) e incluso de territorios góticos imaginarios y no catalogados (‘Underworld’ y sus secuelas). Pero la actualidad nos trae de vuelta a Roma y a la capital francesa, ya que ‘The Rite’, drama exorcista protagonizado por Anthony Hopkins cuyo estreno se prevé para enero, y ‘Bel Ami’, con un decimonónico Robert Pattinson en la piel del periodista Georges Duroy, han encontrado acomodo respectivamente en ‘Danubiwood’.

Hecho el barrido, y obviando a Spielberg, que si necesitó polivalencia ante todo, la razón por la que un productor americano se muda del sur California no es otra que el metal, ¿o es que creían que Peter Jackson recreó la Tierra Media en Nueva Zelanda por ideales autárquico-sentimentales? Desde que a mediados de los 80 destinos como Utah, Texas, Toronto, Túnez o Praga revelaran semejantes prestaciones a más bajo coste, la emigración artística comenzó a constituirse como costumbre.

La sublimación de todo ello en la década que nos ocupa es la citada Budapest, cuyas políticas de subvenciones hacen que sea un destino mucho más preferible a cualquier otro lugar. Según se hacía eco el New York Times en un artículo publicado hace un par de semanas, con el colapso del comunismo hace 20 años, muchos de los países del Este de Europa buscaron convertirse en sucursales de Hollywood, una situación que se puede apreciar más claramente ahora, cuando la lucha por conseguir nuevas fuentes de ingresos para dar algo de fuelle a las arcas públicas y así pagar la deuda pública se hacen perentorias.

La ventaja de Budapest (al margen de la debilidad del florín húngaro con respecto al dólar) sobre su vecina Praga (también en la UE y también con la transición de la corona checa al euro a medio camino) es que las políticas gubernamentales húngaras “comenzaron a ofrecer ventajas financieras en 2004, cuando se aprobó una rebaja del 20 por ciento a la producción de películas nacionales y extranjeras”, explica el mismo artículo del rotativo neoyorquino.

Desde entonces, los ingresos derivados de películas extranjeras y coproducciones se han incrementado más de diez veces, hasta los 126 millones de euros en 2009, según datos revelados por la Oficina de Cine Húngaro. Eso, si nos ceñimos a los tangibles, pero también se espera que crezcan (esta vez de forma imprevisible y subjetiva) los beneficios derivados del turismo, que gana interés entre los europeos cuando se ofrece la posibilidad de visitar un Hollywood en miniatura sin tener que cruzar el charco.

El procedimiento ya habitual, al que se han acogido producciones como ‘Monte Carlo’, respaldada por Nicole Kidman, o la miniserie que Neil Jordan prepara sobre Los Borgia con Jeremy Irons a la cabeza, ambas con fecha de estreno en 2011, consiste en traer el mínimo equipo estadounidense posible (casi siempre el elenco artístico principal) y tirar de húngaros para todo lo demás, desde equipo técnico hasta todos los extras, acostumbrados a trabajar hasta 12 horas sin cobrar las extras y con la única desventaja de no poder ofrecer un catálogo demasiado multiétnico.

Según declaraciones del productor Peter Gyorgy, productor de ‘Los Borgia’, recogidas en el NY Times, “los 1,6 millones de dólares que costó recrear la Roma renacentista en un solar de Budapest suponía un gasto menos que la filmación en localizaciones italianas”. Al fin y al cabo, todo lo que no haya que gastar en escenarios repercute en beneficio sobre factores como el cast o la posproducción.
Pero no crean que todo tiene que ver con grandes recreaciones. A partir de ahora, cuando vean una película, sobre todo si es inglesa, sospechen.

Filmes de carácter casi urbano y cosmopolita como ‘Loco por la novia’ (Stefan Schwartz, 2005) también se benefician de las ventajas fiscales húngaras. Según palabras del productor Neil Peplow en la promoción de la cinta, “la mayor parte de las escenas exteriores pertenecen a Londres, pero las interiores se rodaron en Budapest. El director quería disponer de la libertad de trabajar en decorados, por lo que necesitábamos construir dos escenarios enormes y, en aquel momento, el Reino Unido estaba prácticamente atiborrado con películas americanas de estudio. Como productor independiente, tenía sentido ir a Hungría. Los equipos son más baratos y tienen un 20% de desgravación fiscal, lo cual es una gran ayuda. Además, ¡la comida es muy buena!”.

Hablaba de la sopa Goulash. La magia del cine era esto.

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Lee el artículo original en El Mundo.

20 jul 2010

Clooney motero


Antes de que George Clooney fuera el galán grantiano de la actualidad ejerció de gitanillo chilapastroso en multitud de series. Como muestra este botón de extrañísimos subtítulos. Agárrense los machos, que estamos hablando de 'El Halcón Callejero', una de las tres patas de la silla trisómica delirante que también englobó a 'El Trueno Azul' (que iba de un helicóptero fantástico) y a 'El Coche Fantástico' (que iba de un vigilante de la playa con carnet tipo B).

Vía: Youtube.

17 jul 2010

Apunten esta página: Divertirse o morir


Recién he descubierto una página alucinante que no les puedo dejar de recomendar. Se llama Funny or Die y en una de sus secciones juguetea inventando trailers falsos comandados por distintas estrellas de Hollywood (que tienen bastante paciencia y sentido de la autoparodia). El que encabeza el post trata de la vida que ha llevado Ralph Macchio desde que se conviertiera en estrella adolescente con Coppola y 'Karate Kid' (el guiño al reboot de Jaden Smith, la hostia) hasta su decadencia actual. Bien por Daniel San.


Mi favorito, sin embargo, es el de John Leguizamo, uno de los actores más cojonudos y desaprovechados de la actualidad (revisen su participación en 'Urgencias' todos los desalmados que aún no hayan visto la serie). SPOILER: Samalamadán:, ¿por qué te fumaste su personaje en 'El incidente' al modo de Janet Leigh en 'Psicosis' si era el único que parecía que sabía de que iba la puta vaina? FIN DEL SPOILER. El suyo se llama 'Big Balls', que, traducido literalmente, vendría a significar: 'Enormes testículos'.

Vía: Funny or Die.

16 jul 2010

¿No deberían dirigir los críticos películas perfectas?

El crítico Ángel Fernández Santos escribió el guión de 'El espíritu de la colmana'

¿Qué es un crítico de cine? ¿Un periodista especializado?, ¿un literato que observa y apunta?, ¿acaso un juez? Su labor social como prescriptor fílmico de cabecera en ocasiones se ve empañada por la revuelta del público disconforme con el veredicto emitido o incluso por el ego herido de algunos cineastas. Crítico, difícil profesión.

El tema a debate no es arbitrario, pues Vicente Molina Foix, escritor, crítico y director ocasional, estrena este fin de semana su segunda cinta, ‘El dios de madera’, un drama “luminosamente rohmeriano” (“sus amigos” dixit) que a primera vista puede parecer una oda pro-inmigración pero que en el fondo es un estudio psicológico acerca de los anhelos. Protagonizan Marisa Paredes y el debutante senegalés Madi Diocou.

El de Elche homenajea más o menos explícitamente a Hitchcock y a Wilder en esta reválida, y surge la pregunta: ¿Es que el que ha visto (y criticado) mucho cine no puede evadirse de su carga? “En el momento en que ruedo e incorporo esos ‘homenajes’ de los que me habla la gente, no soy consciente de estarlo haciendo, me salen solos, es la manera en que veo las cosas, lo que tengo interiorizado”, apunta.

Antonio Trashorras, guionista de cine y televisión, ocasional director de cortos y compañero de páginas críticas de Molina en Fotogramas durante muchos años ahonda en el particular: “Yo soy hipercrítico conmigo mismo porque no puedo olvidarme de todo lo que he visto, lo que hace que quite mucho valor a lo que hago. Va en contra de avanzar, pero no puedo quitarme medio cerebro y olvidarme de la cantidad de cine que llevo dentro”.

Vistos desde la calle como tótems del pensamiento se les adivina infalibles. Si tienen la verdad del cine en su cabeza, si conocen al dedillo los defectos y virtudes de los demás, ¿no debería esperar uno la perfección de sus trabajos al otro lado de la cámara? “Si echo la vista atrás hacia ‘Sagitario’ (su debut) veo algunas cosas que no son perfectas, le faltan y le sobran ingredientes. Ahora que sé más y me siento más cómodo como realizador, puedo decir como crítico que ‘El dios de madera’ responde a lo que yo quería hacer”, explica Molina Foix.

Esteve Riambau, actual director de la Filmoteca de Cataluña y también ex Fotogramas sabe de su propia falibilidad como director en los documentales ‘La doble vida del faquir’ y ‘Máscaras’, que aún así fueron muy bien recibidos por los espectadores de nicho: “La formación que da el ver muchas películas es relativa porque el cine es un arte pluridisciplinar en el que necesitas de un equipo. El crítico puede saber valorar, analizar o comparar una peli en función de una serie de conocimientos, pero no es hasta que te pones al otro lado que descubres todo el potencial del medio. Ahora mismo, con lo que he aprendido, una buena película lo es mucho más y a las otras les veo más fácilmente los defectos”, apunta.

Dice el tópico que los críticos de cine son directores frustrados, sentencia desafiada por los listillos de la Cahiers de los 50 que engendraron la Nouvelle Vague una década después. En ese saco caben Godard, Truffaut, Rohmer, Chabrol y Rivette. Y ellos sí que no estaban frustrados, como tampoco lo está Daniel Monzón, antes periodista y ahora director de la celebradísima ‘Celda 211’: “Yo siempre me sentí como un director en ciernes. El periodismo y la crítica cinematográfica fueron una escuela excelente que me permitió ver una ingente cantidad de cine, la mejor manera de aprender. Tanto al que escribe sobre cine como al que hace cine le mueve el mismo tipo de pulsión, y lo sé porque yo escribí primero”.

Molina Foix recoge el guante y va más allá con una “boutade” que siempre recuerda “aunque no por ello deja de esconder cierta verdad”: “Siempre he dicho que en realidad esa sentencia debería pronunciarse a la inversa, pues, en mi opinión, tanto el escritor como el cineasta son críticos de literatura y de cine frustrados respectivamente. Su trauma es que no están capacitados para juzgar la realidad”.

Bromas aparte, lo que no se puede discutir es que, al margen de unos pocos escogidos, nadie es infalible, ni siquiera los gurús franceses. Siguiendo el rasero de Molina Foix, que se atreve a catalogarlos, “el mejor crítico de la Cahiers original era Eric Rohmer (aunque no era el mejor dirigiendo); Truffaut era interesante, pero me gustan más sus pelis; y Godard, como escritor era un agitador, pero ha sido el que más ha marcado en cine”. De Truffaut también se atrevió a opinar Hitchcock en el libro de entrevistas que ambos compusieron: “[…] Me ha molestado un poco en su film ‘Jules y Jim’ que la curva no se eleve automática y necesariamente […]”. El director que critica al crítico metido a director. Nadie está a salvo del incendio opinativo.

Bueno, puede que uno. Quizá el desaparecido Ángel Fernández Santos, casi unánimemente reconocido como mejor crítico nacido en nuestras tierras y autor del memorable guión de ‘El espíritu de la colmena’. Habla Molina: “Seguramente ese guión sea perfecto porque la película es perfecta en sí misma. La lástima es que no hiciera más porque estaba claro que había creado algo”. 

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Lee el artículo original en El Mundo.

15 jul 2010

Pleonasmo pegajoso. Coged los kleenex, que viene Fincher


Puede que poner el trailer de 'The Social Network' en Facebook sea un pleonasmo, pero me da igual, la versión de 'Creep' del coro de niños castrados de Villarriba es algo que no quería dejar de compartir con mis amigos. Amigos, esa palabra pegajosa.

Vía: Facebook & Youtube.

14 jul 2010

Ferris Club (El club de Ferris Bueller)


Esto es lo que pasa cuando juntas a John Hughes con David Fincher, más concretamente cuando pasas por la túrmix 'Todo en un día' y 'El Club de la Lucha' y las pones a punto de nieve. Este vídeo sigue la estela de mamarrachadas que me chiflan y que no puedo dejar de compartir con ustedes.

Vía: Las Horas Perdidas.

11 jul 2010

Sara Carbonero

La emoción no me permite escribir en los minutos previos a la final y por ello cedo la palabra a Nacho Vigalondo, que acaba de publicar este texto de acojonante lucidez echando un capote a la artista periodista que ha visto su nombre mancillado durante buena parte del Mundial. 

España, que ganará al fútbol porque juega como Dios (Piqué), es también campeona en el deporte de criticar. Ayer, de guateque, conocí a unos muchachos que llegaron incluso a afirmar que Sara Carbonero no es guapa sino que está buena, afirmación absolutamente descalabrada al no ser enfocada casi nunca de cuerpo entero ni prodigarse en panfletos tipo FHM. Como decía el inmortal Nietzsche, "la opinión es como el ojo del culo, todo el mundo tiene una". 


Por Nacho Vigalondo

No soy antifútbol, de hecho es una actitud que me horripila bastante, aunque no tanto como la del artista que te confiesa ser futbolero con la media sonrisa de no-te-lo-esperabas. Esta vehemencia colectiva es lo suficientemente extraordinaria como para no apreciarla. Si no puedo ver un partido completo es por una tara mental que me impide poder seguir la acción cuando todo lo que queda son las reglas abstractas del juego y la exhibición de estrategia y esfuerzo físico. Así que si esta tarde me doy un paseo por Madrid mientras se emite la final no será un acto reivindicativo, o una utoafirmación marginal, sino buscando el atractivo de un Madrid potencialmente mágico. Si hay una posibilidad de que Jacob se te aparezca con la botella en la calle Arenal, o el de las pastillas de Mátrix por la zona de Huertas, es hoy por la tarde.


Confieso que, durante todo esto, me he sentido bastante atraído por lo que ha pasado en torno a la periodista Sara Carbonero. Hay dos tipos de ficciones, dicen, aquellas en los que los personajes son los que propulsan los acontecimientos (en su estado puro, el culebrón) y aquellos en los que es al revés, los hechos dominan sobre la naturaleza y decisiones del personaje. Este segundo tipo de historias, en los que encajan con menos esfuerzo las teorías de la conspiración, las cosmologías fantásticas y el género de catástrofes, es el territorio del fenómeno Carbonero. La periodista no tiene que mover un dedo: Si España pierde, ella se convierte en un súcubo, si España gana, en una musa.

Pasando por alto el machismo atroz que suda el asunto, diviso una forma de que, por fin, yo pueda ver un partido de futbol completo. Podrían diseñar emisiones especiales para tullidos como yo, necesitados de giros, ambigüedad y misterio.Podrían plantar para nosotros una cámara que estuviese siguiendo a Sara Carbonero, y que se pinchase cada vez que Iker Casillas cometiese una torpeza o una heroicidad. Si esto es demasiado costoso, podrían juntar una batería de vídeos en los que viésemos a estas dos celebridades juntos en alguna fiesta o acto social, vídeos que se insertarían en la retransmisión cada vez que Iker viviese un momento decisivo, o también durante los tiempos muertos. Así estaríamos aportando a la retransmisión una herramienta de la ficción de eficacia probada: El flashback. Podríamos llenar un partido de fútbol de flashbacks. Podríamos pedir a todos los jugadores material audiovisual de todo tipo (vídeos de la primera comunión, de juergas nocturnas, encuentros familiares, viajes con la pareja) y podríamos pincharlos cada vez que cualquiera de ellos acertase o fracasase en el campo. Un subrayado emocional, más elementos en la ecuación, más motivaciones, más contradicciones. 


10 preguntas a... Ingrid Rubio

9 jul 2010

M. Night Shyamalan, el geniecillo vapuleado


La carrera de M. Night Shyamalan corre el riesgo de convertirse en un chiste malo. De estar muerta y no darse cuenta, como Bruce Willis en 'El sexto sentido'. No por taquilla, (pues el pasado fin de semana, con casi 70 millones de dólares en cinco días, auspiciados sobre todo por el efecto 3D, hizo algo de digna sombra a 'Eclipse en EEUU'), pero sí por crédito. Los principales rotativos y portales especializados dicen que 'The Last Airbender' (que durante su periodo de filmación pretendía llamarse 'Avatar') será su tercer fiasco crítico consecutivo, tras 'La joven del agua' y 'El incidente', a no ser que en Europa hagamos de él un mártir cuando estrene el 5 de agosto.

Las noticias eran desalentadoras tras los pases de prensa estadounidenses, donde el barómetro Rotten Tomatoes hacía un recuento de tan sólo un 6% de críticas positivas. En el momento en que se publica este artículo, el citado índice asciende al 8%, pero el agravio comparativo con 'Toy Story 3' (99%) o con su coetánea 'Eclipse' (52%) hacen que se pueda afirmar que la película ha estado por debajo de las expectativas de todos.

Las altas cifras taquilleras pero el nulo favor de la crítica hacen prever un varapalo comercial durante el próximo fin de semana, debido, no tanto a la influencia de la prensa como a la poca defensa que de ella está haciendo el público. Suspensa en IMDB, su boca a boca se presume temible, pues, tal y como recoge el crítico Patrick Goldstein, "'The Last Airbender' está haciendo que concuerden en sus reseñas pésimas tanto los espectadores de EEUU como los críticos de China". Calificada por la mayoría de los espectadores que acudieron a su preestreno con una "C", nota homologable al aprobado pelado del sistema educativo americano, Goldstein anuncia con sarcasmo que "tal calificación es pronóstico de oscuridad y perdición".
Indio y hitchcockiano, Shyamalan sorprendió a propios y extraños en el 99 haciéndonos sentir tan atónitos como culpables por haberlo pasado bien con 'El sexto sentido', un thriller sobrenatural, género poco acostumbrado a la loa. Muchas candidaturas al Oscar más tarde y con 'El protegido' renovando el género de superhéroes, el realizador prometía ser la gran esperanza india. Sin embargo, su globo fue perdiendo aire poco a poco. Primero 'Señales' y dos años más tarde 'El bosque' (2004), que hablaban de paranoia barajando simbologías elevadas pero utilizando lenguaje de la calle (marcianos y aldeanos), hicieron que público y crítica se preguntaran si su cine era honesto o la tomadura de pelo de un iluminado. A partir de ahí, la derrota.

'The Last Airbender' tenía todo de cara con la franquicia televisiva en que se basa como aval, pero, haciendo un barrido por los distintos medios, "el infantilismo de su guión", "los vergonzantes diálogos", "su mal reparto" y "la pobre utilización de la posproducción en 3D" hablan de ella como un fracaso sin parangón, o, en términos metafóricos fácilmente descifrables reseñados por el portal de referencia io9, "hace que 'Dragonball Evolution' parezca una obra maestra".

Se barajaba desde el principio la opción de convertir el proyecto en trilogía, pero, dado el panorama, la opción se antoja ahora menos recomendable que hace un mes. Quizá, de corroborarse las predicciones menos optimistas, vuelva a tomar fuerza el rumor de una eventual secuela de 'El protegido'. Tierra firme no parece mala opción. Tampoco lo sería 'El séptimo sentido'.

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7 jul 2010

La película del 7-J


"Es evidente que existe un cine post 11-S". Las comillas son de Spike Lee, quien, de modo tangente, reflexionó sobre las consecuencias de los atentados de Nueva York de 2001 en la desasosegante 'La última hora' (2002). Él fue quizá el primero en fijar la mirada, pero desde luego no el único: Wim Wenders ('Tierra de abundancia', 2004), Paul Greengrass ('United 93', 2006) y Oliver Stone ('World Trade Center', 2006) entraron al trapo. Obviando los dos últimos ejemplos, tan esclavos de las circunstancias por su vocación de fidelidad, Lee y Wenders especularon con el duelo originando buen cine social a partir del drama más demoledor. Ahora, a ese cine le han salido primos. Esperen y verán...

No tan fecundo ha sido el 7-J de Londres (en parte porque en las islas no se produce tanto cine), que, sin embargo, alumbró en 2009 una rara joya: 'London river', que llegará a las salas españolas edentro de una semana. En un tono feísta, dibujó con claros y sombras la cara de la pérdida. El atrezo pertenece a Londres, donde los túneles del metro contemplaron hace hoy cinco años las muertes de 56 personas. La atmósfera, atribuible al director franco-argelino Rachid Bouchareb, digamos que tiene que ver más con la sutileza de Mike Leigh que con el nervio de Ken Loach. No en vano, la actriz Brenda Blethyn, que con 'Secretos y mentiras' puso a Leigh en el mapa, es aquí también protagonista. Pero, esperen un poco más, todavía.

Dando la réplica a esa mujer rural y cristiana, una granjera sin teléfono móvil, aparece como un dios nubio el malí Sotigui Kouyaté, un gigante inacabable de más de dos metros a cuyo lado los escasos 1,57 de Blethyn simbolizan una distancia religiosa y conductal casi inabarcable. Las maneras de sus personajes, dos padres, unidos en la incertidumbre de no saber si sus hijos, pareja en secreto, iban a bordo del vagón de la muerte, son lo que cuenta en esta historia de vocación conciliadora, discurso políticamente correcto y broche tan honesto como vital. Ellos son el milagro. En Blethyn no es sorpresa, pero dejen, ahora sí, poner el altavoz en un actor que firmó su testamento fílmico desde las alturas y que ahora, si es cierto que existen, se encuentra en ellas.

El orgulloso merecedor del premio al mejor actor de la Berlinale 2009 no hará promoción de 'London River' en España de cara a su estreno el 16 de julio porque su corazón dejó de latir el pasado 17 de abril. Tenía 73 años. No fue muy prolífico Kouyaté en su carrera cinematográfica, que empezó a finales de los 70 "como favor a un amigo" tras desechar la carrera futbolística. La razón es que se prodigó más como contador de historias tradicional, que como intérprete comercial. Y así, su presencia en el cine sólo se hizo visible a partir de los 90.

La suya fue una trayectoria que pasará a los libros de historia en la cruel categoría del 'one hit wonder' ('maravillas de un solo éxito'). Sí, maravilla. Kouyaté estuvo maravilloso en 'London river' cada vez que aguantaba el plano a Blethyn con rostro inmutable ante su actitud racista e ignorante. Se sentaba majestuoso y marginado en un banco callejero, asumiendo que lo que tenga que ser, será. Cada vez que movía sus brazos y sus piernas, los más largos del cine con una dificultad no exenta de orgullo. En cada escena en la que emulaba, sin pizca de autocompasión, una suerte de Gato con Botas de carne y hueso, más conmovedor que el de 'Shrek'.

A veces el cine no es más que un hombre negro altísimo con los ojos empañados.

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